La Relación con los problemas y las dificultades

La vida del ser humano se asemeja a una senda con pendientes y asperezas que en muchos tramos exige un esfuerzo especial para recorrerla. Para que esta senda no se transforme de difícil e intransitable, uno ha de discernir con claridad las dificultades que debe superar de los problemas que tiende a originar.

Las difícultades son propias de la vida y marcan los momentos que exigen mayor atención y esfuerzo. Nadie está libre de difícultades; todos los seres humanos tienen que luchar para subsistir, estan sujetos a accidentes, a enfermedades, a catástrofes naturales, a las limitaciones de la sociedad, a la declinación y a la muerte. Precisamente las difícultades señalan los obstáculos que es necesario superar para continuar desenvolviéndose.

Los problemas, en cambio, son originados por uno mismo al no saber enfrentar las difícultades.

Uno puede saber facílmente cuándo enfrenta una difícultad y cuándo un problema, observando su actitu. Cuando se confronta una difícultad se acepta ese desafío y se está pronto para responder a él.

Uno comprende que lo que se sufre es parte de la vida y busca en sí mismo los recursos que lo ayuden a superar la dificultad. Comprende también que necesita consejo y lo busca con una actitud abierta, dispuesto a trabajar. Por el contrario, cuando uno confronta un problema busca soluciones fuera de sí mismo, culpa a otros, y, sobre todo, desoye, los consejos que lo estimulan a que descubra sus opciones, desarrolle su discernimiento y genere en sí mismo las fuerzas para superar la situación.

Cuando se tiene un problema se quiere dejar de sufrir. Un desea especialmente que algo o alguíen cambie para eliminar las causas de sufrimiento.

Esta actitud frecuentemente lleva a estrellarse contra la propia impotencia, ya que muy pocas veces uno puede cambiar las circunstancias o la spersonas impiniendo sus deseos. Como con angustia y reacción no consigue superar el problema, hace un problema mayor del conjunto de problemas que genera con su actitud.

Una causa frecuente de problemas es la actitud de pretender alcanzar objetivos sin tener que recorrer el sendero que lleva a ellos. El ser ser humano lo quiere todo, pero rechaza el esfuerzo necesario para realizarlo. Es fácil esforzarse mientas hay entusiasmo; pero cuando éste decae es común pensar qu el avida es dura con uno y sumirse en el desaliento. Esta actitud transforma una difícultad natural en un problema insoluble, ya qu enada ni nadie puede otorgar lo que se desea: no tener que esforzarse.

Otra dificultad que generalmente se transforma en problema es la que presenta el paso del tiempo. Las difícultades propias del envejecimiento son naturales y evidentes para cualquiera que este dispuesto a verlas. Pero cuando alguien no quiere enfrentarlas, la solución que pretende es no envejecer, o envejecer sin sufrir los inconvenientes inherentes a la edad.
Como esto no se puede lograr, cuando el envejecimiento trae difícultades se las transforma en fuente de miedo y resentimiento y, al buscar maneras para no enfrentar la situación, se crean problemas serios.

Es obvio que estos problemas no tienen solución, que la manera de superar las dificultades es enfrentarlas y trabajar sobre ellas. No aceptar las asperezas del camino es no aceptar el camino; no aceptar las difícultades es lo mismo qu eno aceptar la vida.
La relación con los problemas ha de ser decidida y enérgica.

Cuando alguien descubre su fuerza interior y comprende que el origen de sus conflictos está en su actitud, sus problemas se simplifican hasta ser sólo las dificultades propias de la vida, que él debe superar para desenvolverse.

Cuando uno comprende su actitud, indefectiblemente encuentra el consejo oportuno, la ayuda necesaria, la fuerza interior qu elo lleva a superar las dificultades.

La relación con las difícultades ha de ser humilde, simple y valiente!!
La relación con difícultades es simple cuando uno ama la VERDAD más que a la imagen que se hace del mismo.

Del arte de vivir la relación.!!

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