Paciencia de padres y docentes, con los niñ@s!!

Pensar que su hijo es malo, que hace las cosas a propósito o que sólo quiere llamarles la atención. Esto no es así, por cierto, el niño tiene una afección que lo hace comportarse de esa manera independientemente de sus buenos deseos.
* Pensar que lo que le pasa al niño es culpa de alguien (uno mismo, el otro padre, los abuelos). Esto es una afección de base biológica y ahí está la única causa. La manera en que los adultos significativos lo traten pueden influir a favor o en contra, pero no es la causa.
* Pensar que esto no tiene arreglo y que el futuro es negro para todos, por culpa de ese hijo. El tratamiento exitoso es muy probable, una vez que se ha hecho un correcto diagnóstico de la situación.
* Rezongar y castigar al niño por todo lo que hace mal o renunciar y dejarlo hacer lo que quiera. Si vamos a rezongar por todo lo que es distinto a lo que nos gustaría, probablemente nos pasaríamos el día rezongando y lo que es peor, con muy malos resultados: el niño no corregirá su conducta y se sentirá cada vez más inadecuado y culpable. Otra posibilidad es que los padres, cansados de no lograr cambios, renuncien a su intento de educarlos. “No puedo más, que haga lo que quiera” es una frase demasiado frecuente y que no quisiéramos escuchar. El niño necesita que sus padres “puedan con él”, eso los hace crecer seguros y confiados en que no están desamparados.
La alternativa más útil sería armar una buena estrategia de manejo adecuada para ese niño, esos padres y su situación en el mundo.

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